Hoy en día muchas marcas se presentan como «artesanales», aunque detrás existan procesos industriales y aditivos que poco tienen que ver con la tradición. Pero ¿cómo distinguir una pastelería artesanal realmente? En García Leñero, con más de 60 años de historia, te damos las claves para elegir con criterio.
1) Ingredientes sencillos y reconocibles
Empieza por la etiqueta. Una pastelería artesanal trabaja con materias primas de calidad: harina, huevos frescos de gallinas, mantequilla, azúcar, frutas y sabores naturales. Y sin conservantes añadidos por nosotros: si un producto los contiene es porque la materia prima de origen ya los lleva. Ingredientes claros, nombres que entiendes.
2) Procesos manuales y cuidado en los detalles
El toque humano es insustituible. Del amasado al horneado, en un obrador artesanal se respetan tiempos de fermentación y de cocción. No hay dos piezas 100% iguales: cada una lleva el sello del trabajo manual. Esa es la diferencia real con la bollería industrial y cómo distinguir una pastelería artesanal.
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3) Frescura garantizada
La producción suele ser diaria y en pequeñas cantidades. Los dulces están pensados para disfrutarse frescos, no para durar meses. Si encuentras fechas de caducidad más largas, será porque la materia prima lo permite (no porque se haya alterado el proceso con aditivos innecesarios).
4) Transparencia y cercanía
Un obrador artesanal abre sus puertas (físicas o comunicativas), muestra cómo trabaja y de dónde provienen sus ingredientes. En García Leñero colaboramos con proveedores locales y certificados, alineados con nuestro compromiso de calidad y sostenibilidad.
5) Tradición e identidad propia
La auténtica repostería artesanal tiene recetas con historia, transmitidas de generación en generación. No es solo un producto: es una manera de hacer. Esa identidad se nota en el carácter y el sabor de cada bocado.
En resumen
Distinguir lo artesanal de lo industrial es fácil cuando sabes dónde mirar: ingredientes reales, procesos manuales, frescura, transparencia y tradición. En García Leñero llevamos más de seis décadas elaborando repostería artesanal en la Comunidad de Madrid, con un compromiso firme con la calidad, la sostenibilidad y, sobre todo, con los buenos momentos que compartimos con vosotros.
Porque, al final, lo artesanal se nota en el sabor… y se siente en la confianza.